Hoy 31 de octubre en el tiempo de la predicación hemos recordado, previo al mensaje, los 504 años de la Reforma, aquel evento que rompió las cadenas del poder y opresión del clero sobre la sociedad. Desató algunas situaciones no deseadas como resistencia a esos reclamos, como la guerra de los 30 años que concluyó con la firma de la paz de Wetsfalia donde se reconocieron tres religiones: católica, luterana y calvinista.
Seguidamente el mensaje del Pr. Fernando titulada «La ley y Jesús» nos planteó la siguiente pregunta ¿Cuál era el propósito de la ley? Y la repuesta es: hacer el bien, o sea mostrar lo que se podía hacer y lo que no (Romanos 7:7 y 2:14)
Según Calvino la ley es como un espejo que refleja nuestras imperfecciones. La ley acaba con nuestra hipocresía, porque nos vemos tal cual somos.
En Mateo 22:34 Preguntaron a Jesús qué era más importante, si la ley o los profetas, Él les respondió que el amar a Dios y al prójimo es el cumplimiento de la ley y de los profetas.
Jesús realizo siete milagros en el día de reposo Demostrando que la ley estaba por debajo del amor de Dios y que se estableció para el hombre y no el hombre para la ley. Citando al profeta Oseas dijo «Misericordia quiero y no sacrificio»
En Lucas 10:25-37 con la parábola del buen samaritano nos enseña cuán importante es la misericordia y el amor al prójimo. Y en Lucas 18: 10, el Señor nos dice quién es digno y es justificado por Dios y quien se justifica a sí mismo.
No es que Jesús se saltara las leyes si no que cumplía el espíritu de la ley.
Antepongamos las necesidades de nuestros semejantes a la letra de la ley.