Nuestra identidad está en Cristo, y en nadie más.
“Mas a todos los que le recibieron (a Jesucristo), a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.
Juan 1:12-13