Domingo 30/05/2021
El Salmo 23 dio apertura al momento de meditación tras la alabanza y adoración. En este salmo se pueden ver atendidas y cubiertas en forma global todas nuestras necesidades, pero ¿Es Dios nuestro pastor? ¿Acudimos a él en última instancia o el primer lugar? Tengamos en cuenta que solo si Él es nuestro pastor, el Salmo 23 puede aplicase en nuestra vida. Dios está “operativo” todo el tiempo, es todo poderoso. Recordemos también que nuestra dependencia de Dios debe ser en tiempo presente, día a día, como con el maná que solo servía a diario. Para el día siguiente se echaba a perder.
Ezequiel 34:1-5 y en Juan 10:11 ofrecen el contrapunto entre estilos de pastores, el primer pasaje es un requerimiento a los pastores de Israel y en la segunda, el Buen Pastor es quien habla. Si somos ovejas necesitamos del pastor su cuidado, defensa y limpieza constante. El buen pastor, el pastor de pastores nos llevará siempre a verdes pastos, a cristalinas aguas que nos devuelvan el vigor perdido, nos alimente y conforte. David, el salmista sabía que por más fuerte que sea su shock emocional o carencia física Dios sería capaz de pastotrearlo pues atravesó multitud de situaciones límites. ¡¡Todo el Salmo 23 nos asegura su gracia!! Independientemente de cualquier circunstancia… ¡Ciertamente!